Ya hemos comentado en otros artículos qué es exactamente la vitamina D y su relación con el sol. Pero, ¿qué pasa cuando falta la vitamina D? ¿Qué implicaciones tiene para nuestro organismo? Aparentemente, las consecuencias son más que las que conocimos en su momento, cuando se descubrió la vitamina D, y te lo contamos en este artículo.
La falta de vitamina D en la infancia está relacionada con la aparición de una enfermedad llamada raquitismo. Bajos niveles de vitamina D pueden desequilibrar el equilibrio del calcio en la sangre, ya que la vitamina D juega un rol importante en la absorción del calcio a nivel intestinal, en la eliminación a nivel renal, y en la remodelación del hueso en presencia o ausencia de calcio. Para evitar las bajadas de calcio en sangre, el cuerpo recurre al depósito de calcio mayor de nuestro organismo, los huesos, descalcificándolos. Y será la continua descalcificación del hueso lo que llevará al raquitismo. Los síntomas y signos del raquitismo son los siguientes:
La administración de vitamina D a los bebés y a los niños pequeños evita este problema. La leche materna no siempre tiene la vitamina D necesaria, y dependiendo la época del año y el lugar en el que vive el niño puede que tenga más dificultad para sintetizar la vitamina D que necesita. Así, dependiendo la dieta, el estilo de vida de la familia, el mayor o menor acceso al sol en función de la zona en la que se viva, otras patologías presentes, obesidad, etc., el médico puede recomendar prolongar la administración de vitamina D de un niño solo unos meses o durante los primeros años de vida. Es fundamental prevenir el raquitismo en los niños: revertirlo requiere no solamente cambiar la dieta y el estilo de vida, sino tratamientos ortopédicos e incluso cirugía para reparar la deformidad de los huesos.
Este conocimiento no es nuevo: en el año 1917 se publicó por primera vez los beneficios que aportaba la administración diaria de una cucharada de aceite de hígado de bacalao a los niños. Lo que ha cambiado es nuestro entendimiento de la composición del aceite y la bioquímica involucrada en la solución. Hoy en día los suplementos de vitamina D son mucho más palatables, pero si deseas recurrir al viejo y querido aceite, puedes encontrarlo en forma líquida o en cápsulas que favorecen su deglución.
La versión equivalente del raquitismo en los adultos es la osteomalacia. Una diferencia fundamental entre el raquitismo y la osteomalacia es que en la adultez los huesos ya están formados, por lo que no se deforman tanto como en la infancia, sino que más bien se reblandecen. Los síntomas son similares a los del raquitismo:
La osteoporosis es otro problema óseo de los adultos relacionado con la falta de calcio y vitamina D. Hay más factores que influyen en la aparición de osteoporosis, pero un buen aporte de calcio y vitamina D ayuda a que la enfermedad no progrese.
Los problemas más conocidos en relación con la falta de vitamina D son los relacionados con el hueso. Pero la mayoría de los tejidos pueden interactuar con la vitamina D, y muchos genes son regulados por esta vitamina, por lo que en los últimos años se está estudiando qué pasa con la carencia de esta vitamina en varios sistemas de nuestro cuerpo. Algunas ideas que se están estudiando son:
Todos los problemas de salud que han sido mencionados están relacionados, de alguna manera, con carencia de vitamina D, pero su causalidad no está probada ni consta que la suplementación con vitamina D los arregle. Son problemas que se han visto en ensayos de laboratorio con células, con animales, o en estudios observacionales en humanos, pero no en ensayos clínicos que arrojen resultados claros y contundentes. Te los comentamos con fines informativos para que sepas para dónde va la investigación, pero no para que tomes vitamina D para prevenir o tratar tus problemas de salud sin consejo médico o farmacéutico.
Si y no, depende cómo hayas llevado el confinamiento. No es lo mismo haber pasado el confinamiento jugando en el jardín, que tomando sol en el balcón, que en un minipiso sin ventanas al exterior. Tampoco es igual si saliste a la calle una vez por semana que si fuiste a trabajar caminando por el costado de la playa diariamente, o haciendo un camino de 15 minutos hasta el metro.
Para que te hagas a la idea, se suele considerar que 10-15 minutos de exposición al sol en cara, manos y brazos unas tres veces por semana es suficiente para cubrir nuestras necesidades de vitamina D. Pero la efectividad de la síntesis depende del área expuesta, del uso de protección solar durante la exposición, y de nuestro color de piel, entre otros factores. Si no has logrado cubrir esta exposición, o si los alimentos que comiste durante el confinamiento no fueron especialmente ricos en vitamina D, puede que tomar vitamina D extra sea una opción adecuada para ti. Háblalo con tu médico de cabecera o tu farmacéutico de confianza, que te ayudarán a valorar tu caso particular.
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