El colágeno, o más bien los colágenos, son proteínas estructurales presentes en varios tejidos de los mamíferos (y por tanto en los humanos). Se han estudiado desde los años ‘40 del siglo XX y hasta ahora se han identificado más de 20 colágenos distintos en la naturaleza dando soporte, estructura, forma y organización a tejidos como la piel, los pulmones, los huesos y las articulaciones. Te contamos en este artículo qué es el colágeno, para qué sirve, y por qué se han vuelto tan populares (y útiles) los suplementos con colágeno.
Cuando hablamos de “el colágeno” hablamos de una superfamilia de proteínas que cuenta con, al menos, 28 miembros diferentes. Los diferentes colágenos se identifican con un número romano (colágeno tipo I, colágeno tipo X, etc.). La secuencia de aminoácidos que presenta cada proteína varía un poco, pero en todos los casos es particularmente rica en los aminoácidos glicina, prolina e hidroxiprolina. Además, todos los colágenos tienen en común la capacidad de organizarse en el espacio formando una triple hélice característica.
El colágeno da estructura y soporte a células y otras estructuras de los tejidos. Es una proteína extracelular con una alta capacidad para deformarse y volver a su forma habitual, lo que le permite crear un soporte sobre los que otras proteínas y células se asientan y cumplen su función. Los diferentes colágenos pueden organizarse en fibras, en filamentos con arreglos similares a las cuentas de un collar, en estructuras de anclaje o en redes de diferente entramado. Esta organización se mantiene gracias a enlaces químicos de mayor o menor fuerza entre los diferentes átomos del colágeno entre sí y con las moléculas del entorno.
Encontramos proteínas de colágeno en la piel, en las articulaciones, en los huesos, en los ligamentos, en los ojos, en hígado, los riñones, el sistema nervioso y en el tejido conectivo subcutáneo:
También se han identificado que hay fragmentos de colágeno, es decir, secuencias de aminoácidos provenientes del colágeno con actividad biológica. Estos fragmentos están relacionados con procesos inflamatorios, cicatrización de heridas o vascularización de tejidos.
La síntesis, el plegamiento, la organización y la renovación del colágeno en los diferentes tejidos son procesos cuidadosamente regulados. Cuando hay “fallos” en estos procesos se producen diferentes enfermedades:
El colágeno se puede extraer de distintos tejidos de vaca, cerdo, oveja, conejo o pescado, siendo el de cerdo uno de los más parecidos a nuestro propio colágeno y el de pollo uno de los más comercializados. Puede sintetizarse de novo pero es difícil obtener en laboratorio una proteína con las mismas características que las que ya están en un ser vivo. Según cómo se extraiga y se procese encontramos diferentes productos:
En el mercado puedes encontrar productos basados en ambos tipos de colágeno. En la farmacia conocemos y trabajamos mucho los suplementos alimenticios, pero el colágeno también es útil para fabricar biomateriales relacionados con la cura de heridas y tratamiento de enfermedades, y en la industria alimentaria sirve para añadir proteínas a un alimento, para espesarlo o para alargar su vida útil.
Se ha visto que los suplementos de colágeno pueden resultar de utilizad a través de estos mecanismos:
Aunque aún queda mucho por investigar respecto al funcionamiento del colágeno, lo que ya sabemos sirve de base para comercializar nutraceúticos que mejoran el aspecto de la piel y mejoran la calidad de vida de enfermedades inflamatorias y degenerativas del cartílago. Pero cuidado, no todos los suplementos de colágeno dan los mismos resultados, ya que como dijimos antes, los diferentes procesos de obtención pueden dar diferentes productos finales. El colágeno tipo I es el que se suele utilizar para vender desnaturalizado, mientras que el colágeno tipo II se comercializa nativo para enfermedades articulares. Además, existen productos puros y productos combinados para obtener más de un beneficio… Tu farmacéutico de confianza te ayudará a escoger la presentación que mejor se adapta a tus necesidades.
A partir de los 40 años nuestro cuerpo pierde aproximadamente un 1% de colágeno por año, y a los 80 años se calcula que se produce un 75% menos de colágeno que en la juventud. El envejecimiento es un proceso natural y no podemos evitarlo del todo, pero hay algunos factores que pueden hacer que la pérdida de colágeno vaya a más:
Controlando estos factores de riesgo podemos hacer que nuestro cuerpo optimice la producción y el aprovechamiento del colágeno que naturalmente sintetiza.
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