“Bajar el alcohol” es una expresión muy coloquial que se refiere a disminuir rápidamente la concentración de alcohol etílico en sangre, normalmente con el objetivo de poder conducir o hacer otras actividades que requieren que la concentración de alcohol en sangre sea baja o cero. También hay quien desea “bajar el alcohol” para evitar los síntomas asociados al consumo de bebidas alcohólicas, la tan conocida resaca. Te contamos en este artículo qué puedes hacer para satisfacer estas dos necesidades.
Una pequeña parte se metaboliza en el estómago, de ahí que la comida ayude a bajar la concentración de alcohol en sangre. ¿Cómo funciona este proceso? Sencillo: para digerir la comida, el estómago “cierra el paso” de su contenido hacia el intestino, con lo que el alcohol se queda un tiempo en el estómago en vez de pasar rápidamente al intestino. De ahí que se aconseje beber con comida en el estómago para evitar males mayores.
La gran parte del alcohol pasa intacto por el estómago y sigue su camino hacia el intestino delgado, donde será absorbido. Luego será distribuido en el agua corporal para finalmente ser metabolizado en su mayor parte por enzimas que se encuentran en las células del hígado. Cada persona procesa el alcohol a velocidad distinta, siendo los siguientes algunos de los factores que influyen en la velocidad de procesamiento del alcohol:
Ninguno de estos factores es modificable a corto plazo, como para bajar el exceso de alcohol más rápido en un par de horas, y algunos directamente no se pueden modificar. Una vez que hemos bebido una cierta cantidad de alcohol, el hígado hará su trabajo a la velocidad que tiene establecida según las enzimas que posee, el estado nutricional de la persona y la concentración de alcohol en sangre de la que parte.
Existen otras vías de salida para el alcohol, como el aire que exhalamos o la orina, de ahí que se pueda medir el alcohol en sangre a través de la famosa “prueba del aliento”. Pero estas vías, aunque pueden ser útiles a nivel biomédico, eliminan solamente entre el 2-5% del alcohol consumido. No podemos contar con ellas para eliminar cantidades importantes de alcohol en sangre.
Una vez que el alcohol ha sido consumido y ha llegado a la sangre, no hay manera de acelerar su metabolismo en un corto período de tiempo. El estómago y el hígado harán su trabajo, pero no hay manera de hacer que funcionen más rápidamente. Beber café o bebidas energéticas puede que te haga sentir que “se despeja la cabeza” pero al alcohol en sangre no lo tocarán.
Para que puedas hacerte a una idea de las velocidades promedio a las que se elimina el alcohol compartimos esta página web de la DGT:
Verás allí una tabla en la que explica las velocidades promedio de eliminación de las distintas bebidas alcohólicas.
Aun así, te recomendamos estas acciones para “minimizar” los efectos del alcohol:
Hemos hablado largo y tendido de la resaca en nuestro artículo al respecto. Puedes consultar allí qué dice la ciencia que funciona (y qué no) para evitar la resaca.
Como farmacéuticos, es nuestra responsabilidad fomentar reducir el consumo de alcohol. Si necesitas que te aconsejemos, pásate por tu farmacia de confianza y te asesoraremos.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1089326112000852
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