¿Qué es la proteína C reactiva?

La proteína C reactiva es un parámetro que puede medirse en el laboratorio, a partir de una muestra de sangre, para obtener información sobre la salud de un paciente.

Es común que este marcador sea solicitado por los médicos para evaluar diferentes situaciones clínicas, ya que su concentración en sangre aumenta en presencia de un proceso inflamatorio en el organismo. Pero ¿qué es exactamente esta proteína? ¿Qué información aporta a los profesionales de la salud? A continuación, profundizaremos en su definición, su relevancia clínica y qué acciones se deben tomar cuando se detectan elevaciones de PCR en los análisis.

¿Qué es exactamente la proteína C reactiva?

La proteína C reactiva es una proteína de fase aguda. Es decir, que aumenta su concentración cuando se está dando un proceso inflamatorio en el organismo. Los linfocitos (células encargadas de la defensa) que se activan por infecciones o inflamación de varios tipos secretan una proteína llamada interleukina-6, que estimula al hígado para sintetizarla.

Una vez liberada en el torrente sanguíneo, la proteína C reactiva desempeña un papel importante en la respuesta inmunológica del cuerpo. Entre sus funciones principales, se encuentran:

• Activa la vía del complemento, una serie de reacciones de defensa que ya explicamos en nuestro artículo sobre el sistema inmune.
• Activa unas células llamadas fagocitos, capaces de eliminar restos celulares que quedan después de batallar contra una infección o una lesión.

Estas reacciones son muy comunes en procesos inflamatorios de origen viral, bacteriano, autoinmune o incluso traumático. Por lo tanto, elevaciones de PCR en las pruebas de laboratorio pueden ser indicativas de una amplia gama de afecciones inflamatorias.

¿Por qué se estudia?

La proteína C reactiva o PCR elevada indica que hay algún tipo de proceso inflamatorio sucediendo en el cuerpo. Por sí sola no aporta mucha información, pero considerando qué tan elevada está e integrando este dato al resto de la analítica de un paciente, esta podrá ayudar a confirmar o descartar una enfermedad.

Es importante entender que hay diferentes niveles de concentración de PCR en sangre que pueden ser indicativos de distintos problemas de salud. En algunos casos, niveles moderadamente elevados de proteína C reactiva podrían ser el resultado de algo tan simple como un resfriado o una infección leve. Sin embargo, en otros casos, elevaciones de PCR más significativas pueden estar asociadas con problemas de salud más serios, como enfermedad cardiovascular, enfermedades autoinmunes o infecciones bacterianas graves.

Un ejemplo relevante es el uso de la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR-as), que es una versión más precisa del análisis tradicional. La PCR-as se utiliza para evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular en individuos aparentemente sanos. Esto se debe a que niveles persistentemente elevados, aunque bajos, de PCR pueden estar relacionados con inflamaciones crónicas en los vasos sanguíneos, lo que incrementa el riesgo de aterosclerosis y, por ende, de infartos o accidentes cerebrovasculares.

La relación entre la proteína C reactiva y las enfermedades crónicas

La inflamación crónica es un factor subyacente en muchas enfermedades crónicas, y la proteína C reactiva juega un papel central en la identificación de estas condiciones. Niveles elevados de PCR han sido vinculados a enfermedades como la artritis reumatoide, el lupus, la diabetes tipo 2 y ciertas enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn. En estos casos, la PCR no solo actúa como marcador de inflamación, sino también como un indicador del progreso o de la eficacia de los tratamientos antiinflamatorios.

Otro aspecto crucial es el vínculo entre la elevación de PCR y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Los estudios han demostrado que incluso una ligera elevación de PCR puede aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, en personas que no presentan otros factores de riesgo evidentes. Por ello, la PCR ha sido incluida como uno de los factores de riesgo a tener en cuenta en la evaluación del riesgo cardiovascular general.

¿Qué hago si tengo la proteína C reactiva elevada en mis analíticas?

Habla con tu médico, ya que si está elevada puede significar muchas cosas y no todas son para preocuparse, incluso si la elevación es importante. Muchas causas de elevación son pasajeras: un resfriado, una fractura, un embarazo o una infección bacteriana la puede elevar y no son causa de preocupación.

Ahora bien, otras causas sí pueden requerir tratamiento, como enfermedades autoinmunes, un infarto recién sucedido o infecciones no detectadas. En la farmacia muchas veces ayudamos con la lectura de las analíticas, pero es el médico el profesional que interpreta el resultado y decide cómo proceder frente a un resultado elevado.

Es también importante tener en cuenta que hay variaciones en los niveles aceptables de PCR dependiendo de la población y el contexto clínico. En general, niveles de PCR inferiores a 1 mg/L se consideran normales, mientras que niveles entre 1 y 3 mg/L podrían indicar un riesgo moderado de enfermedad cardiovascular. Por encima de los 3 mg/L, se considera que hay un mayor riesgo de problemas cardiovasculares o inflamatorios.

Desde infecciones comunes hasta una enfermedad crónica grave, una elevación de la PCR puede alertar a los médicos sobre la necesidad de más estudios o tratamientos. Además, la proteína C reactiva de alta sensibilidad es una herramienta valiosa en la evaluación del riesgo de enfermedad cardiovascular, destacando su importancia en la medicina preventiva.

Si tienes la proteína C reactiva elevada en tus análisis, no dudes en consultar con tu médico para una interpretación adecuada de los resultados y para determinar los siguientes pasos a seguir en el cuidado de tu salud.