La bronquiolitis es una enfermedad inflamatoria en la que se ven afectados los bronquiolos. Afecta sobre todo a niños pequeños y bebés, aunque también hay algún caso en adultos. ¿Qué es exactamente la enfermedad? ¿Cómo se produce? ¿Qué se puede hacer para que un peque con bronquiolitis esté mejor? Veamos…
Empecemos por el principio: ¿qué son los bronquiolos? El aire sigue el siguiente camino cuando inspiramos: nariz o boca, faringe, laringe, tráquea, bronquios, bronquiolos y finalmente pulmón. Los bronquiolos son conductos muy estrechos, menores a un milímetro de diámetro, pues son la ramificación final de los conductos respiratorios y distribuyen el aire a todo el volumen pulmonar. Cuando una infección causa la inflamación de estos conductos y su llenado con moco, al aire le cuesta más llegar al pulmón.
La bronquiolitis suele aparecer como consecuencia de una infección viral causada, en la mayoría de los casos, por el virus respiratorio sincitial. Comienza como un catarro normal que no se cura y “baja al pecho”. Sabremos que no estamos frente a un resfriado normal porque el niño respira con esfuerzo hasta el punto que se le pueden marcar las costillas con una inspiración, se oyen pitidos con la respiración, está fatigado o poco activo, el humor le cambia hacia la apatía o la irritabilidad, o cambia de color hacia el pálido o el morado.
Aunque estemos en invierno, tiempo de propagación de virus respiratorios y de pico de broquiolitis, no conviene “salir corriendo” al pediatra frente a una congestión nasal o unas décimas de fiebre. ¿Por qué? Porque saturamos el servicio de urgencias cuando, en realidad, no hay mucho para hacer por la levedad de los síntomas. Si tu bebé está en este punto puedes ir a tu farmacia de confianza. Allí sabrán ayudarte, recomendando productos y consejos para lidiar con el resfriado o derivando al médico si así lo ven conveniente. Puedes seguir también el consejo de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas, que respecto a fiebre y temas respiratorios hizo las siguientes recomendaciones:
No hay un medicamento específico de bronquiolitis, sino que el pediatra ayuda al niño a pasar la situación lo mejor posible hasta la curación. El paracetamol es el medicamento de base para calmar la fiebre; antes se solía recetar mucho expectorantes y corticoides, pero en el caso particular de la bronquiolitis los expertos han visto que no siempre ayudan tanto como se creía. Es posible que el pediatra recete estos medicamentos pero, si no ven un beneficio claro para el niño, es usual que se limiten a recetar paracetamol o ibuprofeno. A nivel hospitalario, y si el niño lo requiere, le pueden dar oxigenoterapia. La oxigenoterapia mejora la oxigenación en casos que no entra suficiente oxígeno a la sangre del niño.
Buena parte de los casos de bronquiolitis, y también cuando se producen los casos más graves, es en el primer año de vida. Los productos de farmacia para el sistema inmune (zinc, equinácea, aceites esenciales, etc) no siempre pueden utilizarse en niños más pequeños, por lo que cobran importancia esos pequeños gestos que ayudan a prevenir la propagación de virus:
En caso de niños prematuros existe un protocolo de tratamiento con palivizumab, un anticuerpo monoclonal que se le da a los bebés para que el pulmón inmaduro esté protegido contra el virus respiratorio sincitial. Pero aún así, es importante mantener las medidas de higiene mencionadas, ya que son las que permiten que el niño no esté expuesto a los virus.
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