El citalopram es un medicamento que pertenece a la gran familia de los antidepresivos. El tratamiento y prevención de la depresión es una de sus funciones (de ahí el nombre) pero no es la única utilidad que tiene. Te contamos hoy qué es el citalopram, cómo funciona y para qué se utiliza.
El citalopram pertenece a la familia de los inhibidores selectivos de la recaptación de seronotina. Su marca original en España es el Prisdal®, que se autorizó en el año 1995. Hoy en día hay más de 15 laboratorios diferentes que comercializan un medicamento genérico a base de citalopram en dosis de 10, 20 y 30 miligramos. La dosis máxima es de 40 mg para adultos y 20 mg para adultos mayores. Suele comenzarse con 10 miligramos, para luego ir subiendo de a diez miligramos hasta lograr el efecto óptimo o hasta llegar al límite de la tolerancia del paciente.
Es un proceso químico complejo, pero trataremos de explicarlo de forma muy simplificada. En nuestro cuerpo existe una molécula llamada serotonina que actúa como neurotransmisor, es decir, es una molécula utilizada por las neuronas para comunicarse entre ellas. La serotonina afecta a nuestras emociones, a nuestro apetito e incluso a nuestra actividad sexual (entre otras cosas). Cuando una neurona libera serotonina, la siguiente la capta a través de receptores especializados; la coordinación de este proceso entre miles de neuronas produce actividad química en el cerebro que tiene consecuencias en nuestra conducta y nuestras emociones.
Ahora bien, la serotonina liberada luego es recaptada; la primera neurona recoge la serotonina luego de liberarla, controlando así cuánta serotonina está actuando entre las neuronas. El citalopram evita esta recaptación, haciendo que la serotonina esté más tiempo actuando entre las neuronas. Esta mayor actividad de la serotonina en las neuronas tiene consecuencias en muchas enfermedades como la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo o los ataques de pánico.
¿Por qué se le llama “inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina”? Recibe este nombre porque, a diferencia de otros medicamentos que también inhiben la recaptación de otros neurotransmisores como la norepinefrina, el citalopram sólo inhibe la recaptación de serotonina.
El citalopram está indicado en varios problemas de salud que se relacionan con el sistema nervioso:
Fuera de ficha técnica significa que son usos avalados por la comunidad científica gracias a estudios pequeños realizados luego de iniciarse la comercialización del medicamento. Los ensayos que avalan estos usos son mucho más pequeños que los grandes ensayos clínicos que respaldan los usos autorizados en la ficha técnica, pero aún así son suficientes para que la comunidad científica los acepte. Estos usos no suelen estar recogidos en el prospecto, por lo que si no encuentras tu caso entre las indicaciones del prospecto de citalopram no te preocupes, no tiene por qué estar “mal dado”. Si tienes dudas respecto a tu medicación puedes consultar en tu farmacia de confianza, que sabrán ayudarte a disiparlas.
El citalopram tiene listados varios efectos adversos. Entre los más frecuentes encontramos:
La respuesta fácil es: cuando lo indique un médico. Por un lado porque la depresión mayor, los ataques de pánico o el TOC no son situaciones con las que el paciente deba lidiar solo, sino que requieren cuidado médico. Por otro lado porque el citalopram es un medicamento muy bueno, pero puede no resultar suficiente y los cambios los instaura el médico en función de lo que el paciente siente. Finalmente, porque lidiar con los efectos adversos puede requerir usar dosis menores al principio para luego subirlas, añadir medicación o retirar el citalopram, cosa que también debe ser guiada por el médico a partir de los síntomas del paciente. Lo usual es que el médico paute una o dos semanas de dosis baja de citalopram para luego subir en función de que el paciente necesite o tolere; si no hay mejoría al cabo del tiempo, o si los efectos adversos son intolerables, la medicación se cambia de forma cuidadosamente pautada.
Si sientes un malestar que crees que puede requerir citalopram puedes hablar en tu farmacia de confianza, que sabrán aconsejarte. Los farmacéuticos sabemos identificar cuándo un malestar puede responder con productos naturales de venta libre y cuándo es necesaria la actuación del médico.
Otra vez la respuesta fácil: cuando lo indique el médico. El médico puede identificar cuándo es momento de dejarlo en función de lo que cuenta el paciente. Hay dos momentos críticos en los que los pacientes suelen querer dejar el citalopram, que son:
Llegado el momento adecuado, el médico también indicará cómo hay que dejarlo, ya que el citalopram, por regla general, no debería dejarse “de golpe”. Dejarlo de un día para otro puede llevar a un síndrome de discontinuación o de retirada de antidepresivos, un conjunto de síntomas que se ha visto con más de un antidepresivo. No se sabe bien por qué pasa, pero se cree que es porque el cuerpo necesita tiempo para ajustarse a los cambios. Puede aparecer ansiedad, llanto, dolor de cabeza o irritabilidad, entre otros síntomas, que duran desde dos semanas hasta varios meses en su resolución. De ahí que la bajada de dosis sea muy cuidadosa y “de a poco”: un comprimido, medio comprimido, un cuarto de comprimido… el médico pautará las cantidades y los tiempos de estas bajadas según las necesidades de cada paciente.
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