¿Cómo puedo desinfectar una mascarilla en casa?
Con el confinamiento, la inactividad y el teletrabajo nos vemos cada vez más expuestos a la luz que emiten las pantallas de ordenador, televisión o móvil.
Esta luz ha sido puesta en tela de juicio debido a la gran cantidad de luz azul que emite, pudiendo afectar a los ojos o a la cantidad de sueño. También ha cambiado nuestra forma de mirar, que solía alternar de distancias mayores a menores y ahora se enfoca mucho en las distancias cortas.
Analicemos su impacto en nuestra vista, y cómo podemos mitigarlo.
Para empezar, estamos continuamente mirando pantallas que están a relativamente poca distancia: pantalla de ordenador, tablet, teléfono, todo ello está a menos de un metro de distancia. Son elementos que capturan mucho nuestra atención, y con el tiempo nos olvidamos hasta de parpadear. Este esfuerzo contribuye a la fatiga y a la sequedad ocular, que se traduce como molestias en los ojos, ojos llorosos, visión borrosa e incluso dolor de cabeza.
Otro efecto importante que tienen es la exposición de nuestros ojos a un exceso de luz azul a toda hora. Las pantallas LED emiten mucha luz azul, que es la emitida por el sol en el rango de los 450-495 nm. Una de las funciones de esta luz en el cerebro es bloquear la sintesis de melatonina, es decir, la luz azul nos mantiene activos evitando la síntesis de “la hormona del sueño”. El exceso de luz azul emitida por pantallas que llega al cerebro a través de nuestros ojos durante la noche también bloquea la melatonina, por lo que puede llevar a dificultar la conciliación del sueño y a trastocar nuestros horarios.
Respecto al daño ocular, la comunidad científica aún discute si la luz azul es un problema para la propia retina, porque muchos estudios que indican daño ocular se hicieron en situación de laboratorio y no son traducibles a la realidad del día a día del ojo. Tampoco hay estudios hechos a largo plazo hechos que demuestren que las pantallas son un problema para la retina.
Lo primero: reducir el tiempo de exposición a pantallas, sobre todo una hora antes de ir a dormir. Así podrás bajar la exposición a la luz azul en un horario crítico, y podrás conciliar mejor el sueño.
Y para el tiempo que usas el ordenador, el teléfono o la tablet puedes aplicar estos sencillos consejos:
Y frente a cualquier cambio en tu visión consulta con un profesional de la salud. Puedes comenzar con tu farmacéutico de confianza, que sabrá identificar cuándo aconsejarte y cuándo derivarte al oftalmólogo.
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