Los mocos están con nosotros siempre, todos los días del año, invierno o verano. Normalmente, no nos preocupamos por ellos hasta que aumentan en volumen, cambian de color, o no nos dejan respirar, y ahí recibimos la consulta ¿Qué me das para parar los mocos? Te contamos en este artículo qué son los mocos, por qué aumenta su producción, y qué recomendamos para controlarlos.
El moco es un producto de secreción de varios tejidos diferentes. Por un lado, existen unas células especializadas, llamadas células caliciformes, que se encuentran en el epitelio de la mucosa nasal y secretan moco. Por otro, hay glándulas submucosas que también intervienen en la producción de moco. Finalmente, los vasos sanguíneos nasales son capaces de dilatarse y filtrar agua, células y proteínas que se utilizarán en la producción de moco.
El moco está compuesto básicamente por:
Todos estos productos combinados generan un producto tipo gel que cubre la mucosa nasal continuamente. La producción es de hasta dos litros diarios, y que a medida que se produce se va eliminando. Por un lado, los cilios o microvellosidades de la mucosa nasal “barren” el moco hacia la faringe y el sistema digestivo, que al llegar al estómago se destruye. La otra forma de eliminar el moco es “hacia adelante”, a través de la higiene nasal, el “moqueo”, o los estornudos.
Los mocos cumplen una función de protección y defensa.
La hipersecreción de mocos hasta niveles molestos en resfriados, alergias, o infecciones se debe a que la mucosa responde a una serie de mensajes bioquímicos que dan la orden de “defender” al cuerpo; la defensa implica más secreción de enzimas, de anticuerpos, y de agua, y esto a su vez inflama el tejido mucoso, causando la famosa “nariz tapada”.
Varias situaciones están detrás de una producción de moco elevada:
El tipo de moco, los síntomas, y el patrón de aparición ayuda a diferenciar la razón detrás de la producción elevada de moco. La mayoría de los casos están relacionados con alergia e infecciones virales; las infecciones bacterianas no son tan frecuentes como podríamos creer.
Los mocos pueden tener más de un aspecto posible.
Es usual que nos digan “tengo moco verde, dame un antibiótico”. Como dijimos antes, el color verde indica defensa, pero no es una defensa específica de bacterias; puede aparecer color verde en infecciones virales, con lo que un antibiótico no te serviría de nada. Los síntomas que indican con más fiabilidad que podrías necesitar un antibiótico son:
Si tienes alguno o varios de estos síntomas, consulta con el médico, que hará un diagnóstico adecuado de tu cuadro y te recetará lo que necesitas para mejorar.
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