Durante el período de lactancia, el cuerpo de la madre es el encargado de crear los alimentos que el nuevo bebé necesita para vivir. Puede pasar que, durante estos meses, la madre necesite tomar medicamentos por situaciones varias. Estas situaciones pueden ir desde un resfriado hasta una infección, pasando por enfermedades crónicas que requieren medicación diaria.
Algunas mujeres creen que es necesario suspender la lactancia cuando se toman medicamentos, pero no es así, porque cada medicamento tiene diferentes posibilidades de pasar a leche materna y de afectar al niño.
Cada caso hay que estudiarlo respondiendo algunas preguntas básicas:
¿Puede este medicamento pasar a la leche? ¿Puede afectar al niño? ¿Puede afectar la producción de leche? ¿Qué tan necesario es para la madre?
Lo primero que hay que mirar es si un medicamento es capaz de pasar a la leche materna. Muchos medicamentos pasan en cantidades tan ínfimas que no nos preocupamos. Este es el caso de:
Si el medicamento pasa en cantidades mayores a la leche materna, ya empezamos a preocuparnos. ¿Es esta cantidad capaz de afectar al niño? Dependerá de las cantidades, función y de la potencia del medicamento.
En el caso de la hormona levotiroxina, que aparece en la leche de mujeres con función tiroidea normal y se da en comprimidos a mujeres con hipotiroidismo, no nos preocuparemos tampoco. Lo lógico es que una mujer con hipotiroidismo pueda dar de mamar a su bebé continuando el uso de la levotiroxina, ya que su leche tendrá un componente de levotiroxina similar al de una mujer sana.
Los medicamentos para el colesterol, llamados estatinas, son capaces de pasar a la leche en concentraciones que dependen mucho del medicamento escogido (atorvastatina y simvastatina no pasan igual, por ejemplo). El bebé necesita el colesterol para su desarrollo, por lo que el consenso general hoy en día, es detener la medicación y concentrarse en dietas con bajo colesterol, al menos durante los primeros meses del bebé.
Aunque son medicamentos que pasan en poca cantidad a la leche y no hay evidencia firme de daño en el bebé, como la salud de la madre no debería verse afectada por detener estos medicamentos un tiempo, por prudencia es la primera opción hasta que haya nueva evidencia al respecto.
Si la salud de la madre lo requiere, el médico podría dar algún medicamento diferente para detener la absorción del colesterol de la dieta, o quizás optar por mantener el uso de estatinas monitorizando al niño. Cada una de estas opciones será cuidadosamente considerada según las necesidades de cada caso particular. Por norma general, se suspenderá el uso de estatinas durante la lactancia.
Hay medicamentos que se consideran seguros, pero que tienen opciones mejores durante la lactancia. Es el caso, por ejemplo, de la ranitidina, medicamento de elección durante el embarazo para tratar la acidez y el reflujo gastro esofágico.
La ranitidina pasa en cantidades muy pequeñas a la leche materna, se utiliza en bebés cuando tienen reflujo, y no se han visto efectos adversos en los bebés de madres que tomaron ranitidina, por lo que se podría utilizar durante la lactancia. Pero como se ha visto que una molécula similar llamada famotidina tiene los mismos efectos, pero pasa en cantidades aún menores a la leche materna, se prefiere utilizar ranitidina durante embarazo y famotidina durante la lactancia, solo “por si acaso”.
También hay medicamentos que no podrán abandonarse durante la lactancia y requerirán otras estrategias de manejo. Por ejemplo, algunos medicamentos para tratar el cáncer son absolutamente incompatibles con la lactancia, y tratar el cáncer de la madre tiene prioridad sobre la lactancia natural, por lo que ni se abandonarán ni podrá darse el pecho mientras se utilicen.
Se puede utilizar leche de fórmula, o leche materna congelada previamente a la ronda de quimioterapia, dependiendo del medicamento, de las necesidades del niño y de la madre: los médicos ayudarán a definir la estrategia en cada caso.
Un caso aparte es el de los medicamentos que pueden afectar la producción de leche. Es el caso de la dexclorfeniramina, conocido en España como Polaramine®. Uno de sus riesgos al inicio de la lactancia es suprimir o disminuir la producción de leche materna, por lo que se preferirán otros antihistamínicos en las primeras semanas de lactancia.
Como veis, no hay una respuesta única para la pregunta “¿qué hago con los medicamentos mientras doy de mamar?”. Pero sí podemos dejarte una serie de consejos básicos, para asegurar una buena salud materna y una buena lactancia:
Y si te queda alguna duda, la web www.e-lactancia.org tiene información muy completa al respecto de los medicamentos y su relación con la lactancia.
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