Los hongos en los pies, también llamados tinea pedis, son una molestia muy frecuente en nuestro siglo. Pero no siempre fueron un problema de salud “común”; empezaron a ser un problema más importante a fines del siglo XIX, a medida que los seres humanos nos fuimos urbanizando y se generalizó el uso de calzado cerrado. El gimnasio, el spa, la piscina o las duchas compartidas en el centro de trabajo son los grandes contaminadores y todos se popularizaron en los siglos XX y XXI. Pero ¿cómo funciona una infección por hongos? ¿Qué síntomas causa? ¿Cómo puedes tratarla? Todo esto y más te lo contamos en este artículo.

¿Qué pasa en una infección por hongos?

Los dermatofitos son un grupo de hongos microscópicos capaces de invadir y multiplicarse en tejidos ricos en queratina, como son la piel y las uñas. La gran mayoría de los hongos que causan problemas en los pies europeos pertenecen al género Tricophyton, mientras que en otras regiones son más comunes otras especies. Estos hongos son capaces de sintetizar enzimas que digieren la queratina de nuestra piel, transformando una compleja red proteica en una mezcla de aminoácidos que los hongos aprovechan para sí mismos. Pero cuidado, aunque parezcan superpoderosos con su batería bioquímica, también importa el estado de salud de la persona: una persona con el sistema inmune en buen estado puede defenderse y evitar una infección a través de mecanismos inmunitarios complejos y muy efectivos.

¿Quiénes tienen más riesgo de padecer una infección por hongos en los pies?

Las personas a las que los hongos pueden causar daño más fácilmente son los:

  • Diabéticos.
  • Inmunocomprometidos.
  • Personas con problemas circulatorios en las piernas.
  • Personas con piel atópica o historial de problemas dermatológicos.
  • Gente mayor.

Hay que considerar también el medio ambiente. A los hongos les gusta la humedad, por lo que es más común encontrarlos en zonas corporales que les aportan esa humedad tan deseada: pliegues genitales, espacios interdigitales de los pies, cuero cabelludo, la parte inferior de los senos femeninos…es fundamental para estas personas mantener controlada la humedad en estas áreas corporales. Pero vayamos a los hongos en los pies, que es nuestro tema de hoy.

¿Qué síntomas causan los hongos en los pies?

Aunque siempre pensamos en el pie de atleta, hay varias presentaciones para los hongos en los pies.

  • Tinea pedis intertriginosa o “pie de atleta”. Es la más común. Se identifica porque causa en los espacios interdigitales del pie se desprende la piel, tiene un aspecto húmedo y macerado, y pueden aparecer fisuras. Los espacios que están cerca del dedo meñique son los que más veces se infectan, ya que los espacios más cercanos al pulgar suelen ser más abiertos y, por tanto, están más secos. Si se deja estar sin tratamiento puede llevar a lesiones sobreinfectadas por bacterias que son más complicadas y difíciles de tratar, por lo que es mejor tratar en cuanto aparecen las primeras molestias.
  • Tinea pedis hiperqueratósica escamosa o “tipo mocasín”. Es la segunda forma más común y puede afectar bastante más que los espacios entre los dedos. Los pacientes tienen la planta del pie seca, con escamas blancas, e incluso puede haber como un “collarín” blanco alrededor del pie que da el aspecto de mocasín.  Puede llegar a ser asintomática, y muchas veces se infecta también la mano por contagio.
  • Tinea pedis vesicular. Es una forma que pica y duele. Aparecen pequeñas vesículas y rojez en el empeine del pie, en el talón o en la base del primer dedo.

¿Cómo se tratan los hongos en los pies?

La primera elección son los antifúngicos en crema, a menos que la infección se haya extendido mucho, se haya complicado, o sea resistente al tratamiento en crema. En la farmacia tratamos sin problema el pie de atleta porque es muy fácil de reconocer, pero las otras formas se pueden confundir con psoriasis o algunos tipos de eccema y es mejor que sean diagnosticadas por un médico.

Hay varios principios activos útiles para tratar los hongos de los pies: entre ellos encontramos el clotrimazol, el bifonazol o la terbinafina, y todos ellos cuentan con una presentación de venta libre en nuestro país. La mayoría de los casos de pie de atleta responden bien a todos ellos, aunque alguno más resistente puede responder mejor a la terbinafina.

El gran problema que presenta la curación del pie de atleta es la duración del tratamiento: dependiendo de la crema, la extensión del problema, y tu ritmo de curación, estas cremas se deben aplicar un mínimo de dos semanas, siendo muy usual llegar a las tres-cuatro semanas. ¿Por qué? Pues porque cuesta matar al hongo, y aunque la lesión desaparece en unos días, quedan hongos vivos que no se ven pero que pueden volver a molestar cuando las condiciones se lo permitan. Aunque la lesión se haya curado, hay que mantener el tratamiento durante el tiempo recomendado para que el hongo muera definitivamente y no vuelva.

Existe una excepción que te permite escaquearte de las tres semanas de aplicación: el Lamisil Uni®. Esta crema a base de terbinafina crea un film alrededor del pie que mantiene la acción del principio activo durante más tiempo, permitiendo curar la mayoría de los hongos de los pies con una aplicación única. Lo más bonito de todo es que el “milagro” no lo hace el principio activo, sino la crema en la que está formulado; la terbinafina en crema “normal” también se tiene que aplicar durante varios días. ¿No es una maravilla la galénica?

El aceite esencial de árbol de té tiene su lugar en la terapéutica antifúngica, pero cuida de diluirlo al menos al 50% y no lo apliques si la piel ya ha llegado a fisurarse. En casos así, es mejor decantarse por un producto que esté preparado para el uso en piel lastimada.

¿Cuándo debes ver al médico?

Es importante ver al médico en los siguientes casos:

  • Si el hongo no se cura después de la correcta y continuada aplicación del tratamiento sugerido por el farmacéutico.
  • Si eres diabético.
  • Si estás inmunosuprimido.
  • Si hay signos de infección bacteriana: inflamación, excesiva supuración o fiebre.
  • Si el paciente es menor de 12 años.

¿Debo desinfectar mis zapatos y mis calcetines si tengo hongos en los pies?

Existe la posibilidad de que zapatos y zapatillas actúen como reservorio. Según su uso y material es más fácil o más difícil que te vuelvas a infectar con tus zapatos, por lo que algunos autores abogan por limpiar el calzado mientras que otros prefieren centrarse en otros factores porque el riesgo de reinfección es muy bajito. Lo que está claro es que no hace falta destrozar un zapato echándole lejía, ni destrozar tus calcetines lavándolos a temperatura que deshace el tejido; si quieres higienizar lo que usas en los pies podemos recomendarte:

  • Lavar con agua y jabón las suelas extraíbles y calcetines a 60-75ºC. Es una temperatura alta, con lo que no todos los materiales aceptarán este tratamiento.
  • Lavar con agua y jabón a temperatura tibia para luego exponer suela y calcetines al sol durante tres días. La luz ultravioleta y la sequedad del viento pueden desinfectar los tejidos, y se ha visto que tres días de sol y viento ayudan a bajar la cantidad de hongos de un tejido.
  • Limpiar el interior del calzado con algún desinfectante suave que no lo arruine y dejar en reposo el calzado durante un mes, para que los hongos que sobrevivan a la higiene se mueran aislados.

Pero todo esto es muy útil solamente si el calzado es de “alto riesgo”: utilización sin calcetines, utilización durante varias horas, calzado con alta humedad por mucha transpiración… valora la necesidad de limpiar tu calzado antes de ponerte y arruinarlo por error innecesariamente.

¿Cómo puedo prevenir los hongos en los pies?

Existen algunas cosas que puede hacer para evitar pillar hongos en los pies:

  • Evita compartir calcetines, zapatos, esterillas o alfombras en las que pongas los pies descalzos.
  • No camines descalzo en áreas compartidas y húmedas. Lleva chanclas al gimnasio, spa, sauna, piscina y vestuario, ya que la goma dificulta la supervivencia de los hongos y te separa de la superficie contaminada.
  • Mantén tus pies secos, especialmente la zona entre los dedos. Si transpiras mucho puedes usar polvos absorbentes o antitranspirantes (ojo con los desodorantes que controlan olor pero no humedad).
  • Cambia tus calcetines regularmente, sobre todo después de actividad física que los haya humedecido con sudor.
  • Utiliza calcetines que absorban bien la humedad, evitando materiales sintéticos que la concentren entre tus dedos. La lana, el bambú, el algodón o los tejidos de fibra sintética “inteligente” son buenas opciones.
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