Las mascarillas N95 o FFP2 son las mascarillas diseñadas para evitar tanto que salgan partículas al exterior como para que no entren partículas del ambiente exterior hacia el interior de la mascarilla. Estas mascarillas son las que más se usan en hospitales, pacientes inmunosuprimidos, etc. Sus propiedades aislantes dependen de:
A medida que el filtro o el ajuste se degradan, menos protegerá la mascarilla, por lo que debes tirar la mascarilla después del uso, a menos que el propio fabricante diga cómo y en qué condiciones reutilizarla. Sin embargo, como las mascarillas han llegado para quedarse durante mucho tiempo, se plantea la posibilidad de reutilizarlas, es decir, quitárnosla y cuidadosamente guardarla hasta su siguiente uso:
N95DECON tiene un resumen muy acertado sobre que se debe hacer y que no respecto a la desinfección de las mascarillas FFP2, (https://www.n95decon.org/ ). Esta página está en inglés, por eso te hacemos un pequeño resumen:
Lo que no se debe hacer con las mascarillas:
Los métodos investigados que más “prometen” son:
Son métodos que se deben probar en cada modelo de mascarilla, ya que algunas pueden resistir bien el tratamiento, mientras que otras no, dependiendo de la marca, el diseño, los componentes, etc. Se recomienda contactar con cada fabricante para saber qué se puede hacer con cada mascarilla.
El calor seco no está en la lista. El aire seco en un horno de convección durante 30 minutos a 75ºC puede ser utilizado en algunas mascarillas sin destruirlas y sin alterar su ajuste, pero no se sabe si realmente sirve para descontaminar la mascarilla. Es verdad que el coronavirus que está en superficies o tubos de ensayo pueda inactivarse por encima de 56ºC, pero no se ha demostrado que el proceso realmente sea suficiente para matar coronavirus y otros virus y bacterias presentes en el interior de la mascarilla, al que es más difícil de llegar. Para que te hagas una idea, el calor seco que esteriliza, el que se usa para objetos que no aguantan el vapor, es de 120-180 grados en tiempos cortos. Menos temperatura puede requerir más tiempo, y debe verificarse que el procedimiento ha salido bien.
El problema de intentar aplicar estos métodos en casa es que no tenemos el mismo equipamiento, y por lo tanto, no controlamos de la misma manera los tiempos, la temperatura, el vapor, la potencia de la lámpara, etc. Es como si un equipo de pilotos probara una autopista con un deportivo Ferrari y nosotros quisiéramos tener la misma experiencia en un Fiat 600, o directamente en una bicicleta. Muchas cosas pueden salir mal, dañando la mascarilla o no acabando de desinfectarla. Por ejemplo, y seguro que hay más:
En este momento no conocemos ningún procedimiento “casero” que adapte lo que se está investigando y funcione garantizando la correcta desinfección y conservación de una mascarilla N95 o FFP2.
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