Cada vez más casos de depresión salen a la luz en la prensa, en las redes sociales y en los medios de comunicación. Los problemas asociados a la salud mental, como la depresión o la ansiedad han aumentado durante los años de pandemia y eso permitió que se hable mucho más de ellos ahora que antes pero ¿qué es exactamente la depresión? ¿cómo se trata? ¿qué puedes hacer si crees que tienes depresión? Hablamos de todo esto en este artículo.

¿Qué es depresión y qué no lo es?

Podemos empezar diciendo que la depresión es un cierto nivel de malestar a nivel mental que tiene un impacto importante en nuestras vidas. La discoformidad con situaciones que nos plantea la vida puede expresarse a través de diferentes sentimientos y síntomas, como por ejemplo:

  • La tristeza
  • El desánimo
  • La desilusión
  • La irritabilidad
  • La intranquilidad
  • Problemas para dormir
  • Sensación de ineptitud o de que “las cosas me superan”
  • Falta de interés por las cosas diarias
  • Problemas físicos como mala digestión, fatiga y dolor de cabeza

Todos hemos estado o estaremos disconformes alguna vez con lo que nos sucede pero, para diagnosticar depresión propiamente dicha, los médicos analizan los síntomas, su duración y el impacto que tienen en nuestra vida diaria. Un malestar que dura pocos días, o que somos capaces de gestionar en un período corto de tiempo sin que haya consecuencias palpables para nuestro día a día, no se considera depresión. Por ejemplo, podemos recibir una mala noticia, llorar tres días y luego “encajar” la situación, adaptarnos y seguir con nuestras responsabilidades diarias; eso no sería depresión, por más que esos tres días hayan sido “durillos”. Pero si el malestar se mantiene en el tiempo y afecta nuestra vida de modo considerable, entonces es posible que estemos frente a un cuadro de depresión.

¿Qué tipos de depresión hay?

Alrededor de la palabra “depresión” hay más de un cuadro posible, siendo el común denominador la persistencia de los síntomas en el tiempo y una afectación notable de la vida diaria que puede llevar incluso a contemplar el suicidio. Los diferentes diagnósticos asociados a la depresión los valoran los médicos, psiquiatras y psicólogos, siendo uno de los más severos la depresión mayor. En la depresión mayor de los adultos al menos 5 de los siguientes síntomas tienen que estar presentes durante al menos dos semanas, causando impacto notorio en la vida diaria:

  • Humor afectado: tristeza, falta de esperanza, sensación de vacío…este es fundamental, básico para diagnosticar depresión.
  • Falta de interés o incapacidad para disfrutar las actividades diarias.
  • Cambios importantes del peso corporal o del apetito.
  • Problemas de sueño diarios (tanto por no dormir como por dormir demasiado)
  • Problemas motores como agitación o retraso, observables por los demás.
  • Fatiga y pérdida de energía
  • Sentimiento de inutilidad o culpabilidad exacerbados.
  • Pérdida de concentración y capacidad para pensar
  • Pensamientos suicidas, con o sin planificación del acto.

Los profesionales buscan las explicaciones posibles atrás de estos síntomas. Es importante recordar que hay problemas de salud que pueden dar síntomas parecidos, como el abuso de drogas, la anemia, los problemas de tiroides y otros problemas psiquiátricos como la esquizofrenia. De ahí que, si tienes alguno de estos síntomas, es importante que contactes con un profesional para buscar la causa y encontrar el tratamiento adecuado. En la farmacia podemos orientarte y ofrecer soluciones para ayudar momentáneamente con los síntomas, pero la depresión mayor siempre necesita la intervención de otros profesionales. 

La depresión mayor no es el único cuadro de tipo depresivo. Hay otros, como por ejemplo:

  • Trastorno depresivo persistente. La intensidad de los síntomas no es tan fuerte como en la depresión mayor, pero sí se mantiene a lo largo del tiempo. Mucha gente llega a este diagnóstico después de años de sentirse mal, pero como mantuvo cierta funcionalidad a lo largo de ese tiempo no pidió ayuda profesional pensando que “era su carácter” o “ya se le pasaría” o incluso “ya se solucionará todo”.
  • Depresión con ansiedad. En estos casos se alterna el humor depresivo con síntomas propios de la ansiedad (link a ansiedad).
  • Depresión post-parto. Es normal que haya un cambio de humor alrededor del parto, pero si los cambios se prolongan por mucho tiempo o son muy intensos puede afectarse el vínculo madre-hijo.

¡Y hay más! El tratamiento de cada uno de estos cuadros debe ajustarse a cada persona, de manera de lograr recuperar la alegría y la funcionalidad de la mejor manera posible.

¿Qué tratamientos hay para la depresión?

El tratamiento de la depresión tiene dos pilares básicos:

  • Medicación. Los cuadros leves y moderados pueden recurrir a algunos remedios naturales, pero los casos más severos siempre se tratan con medicación de síntesis.
  • Psicoterapia. Hay varios tipos, será el psicólogo el que escoja cómo enfocar cada caso.

La evidencia científica que tenemos a día de hoy indica que hay más posibilidades de éxito cuando se combinan ambos puntos. Según el caso puede añadirse terapia de electroshock, estimulación transcraneal magnética, eléctrica u otras técnicas recomendadas por los profesionales. 

¿Qué medicamentos hay para la depresión?

Básicamente, la medicación utilizada para tratar la depresión son los antidepresivos, pero no son los únicos. La depresión cursa con desbalances en los neurotransmisores, moléculas que regulan la actividad neuronal. En un cerebro no deprimido las señales entre neuronas fluyen cómodamente, mientras que en un cerebro deprimido hay menor actividad de los neurotransmisores estimulantes del cerebro. Los antidepresivos intentan compensar la falta de actividad de los neurotransmisores, disminuyendo el malestar de la persona deprimida.

Entre los antidepresivos más comunes encontramos:

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina.
  • Antidepresivos tricíclicos.

Los analizamos largo y tendido en nuestro artículo sobre ansiedad, ya que son los mismos medicamentos. Si quieres saber más sobre ellos haz click aquí.

También se utilizan los medicamentos que pertenecen al grupo de las benzodiacepinas. Se utilizan, usualmente durante tiempos cortos, para paliar síntomas como el insomnio hasta que los demás medicamentos empiezan a hacer su efecto. Encontramos en este grupo al Orfidal®(lorazepam) o al Noctamid®(lormetazepam).

¡Y esta no es una lista completa de medicamentos utilizados para la depresión! Frente a cualquier duda con tu medicación no dudes en recurrir a tu farmacia de confianza, que sabrá ayudarte a entender por qué te han dado un medicamento, qué beneficios puedes obtener de él, cómo tomarlo y qué efectos adversos puedes esperar.

¿Qué remedios naturales hay para la depresión?

Respecto a los remedios naturales… bien, es verdad hay algunas plantas estudiadas en el tratamiento de síntomas de tipo depresivo:

  • Hipérico o hierba de San Juan (Hypericum perforatum). Los extractos de flor de hipérico han mostrado resultados prometedores en algunos ensayos con pacientes que sufrían de depresión leve y moderada. Un problema de esta planta es su gran cantidad de interacciones: no puede tomarse en combinación con otros medicamentos, y si se hace, debe hacerse con mucho cuidado y con un buen seguimiento médico.
  • Grifonia (Griffonia simplicifolia). La semilla de grifonia es rica en 5-HTP, que es la molécula precursora de la serotonina. Más 5-HTP permitiría que nuestro cuerpo sintetice mejor la serotonina, controlando la depresión.
  • Azafrán (Crocus sativus). El extracto hidroalcohólico del estigma de azafrán mostró buenos resultados contra la depresión en ensayos clínicos pequeños.
  • Rodiola (Rhodiola rosea). El rizoma y la raíz de rodiola han demostrado buenos resultados paliando síntomas depresivos como la falta de energía y la somnolencia.
  • Lavanda (Lavandula officinalis o L. angustifolia). El aceite esencial de lavanda se utiliza para el tratamiento de alteraciones del humor tales como inquietud, agitación e insomnio.

Pero estas plantas no están tan bien estudiadas como las moléculas de síntesis, por lo que se reservan para casos leves que necesitan paliar síntomas mientras la psicoterapia hace efecto. No suelen recomendarse en casos de depresión moderada y no se recetan jamás en lugar de moléculas de síntesis en casos de depresión mayor; en estos cuadros se prefiere el uso de moléculas más conocidas.

Medidas higiénico-dietéticas para pacientes con depresión.

Los pacientes con depresión pueden beneficiarse mucho al implementar las siguientes medidas higiénico-dietéticas:

  • Ejercicio físico. El ejercicio físico libera moléculas llamadas endorfinas, moléculas relacionadas con el bienestar de una persona. Se ha visto también que el sedentarismo es factor de riesgo para sufrir depresión. No hace falta “matarse en el gimnasio”, pero sí es importante plantear una actividad agradable para la persona que esté estructurada y tenga su hueco regular en la semana. Estiramiento, yoga, o incluso salir a caminar son prácticas útiles.
  • Mindfulness. Es una actividad que ayuda a que el paciente se desapegue de los pensamientos negativos y pueda observarlos, en vez de estar “sumergido” en ellos. Basada en prácticas originarias del Oriente, el mindfulness se está ganando un sitio cada vez más grande en la terapia de problemas en Occidente.
  • Plantear objetivos pequeños para el día a día. La sensación de inutilidad o de “no poder con las cosas” puede combatirse planteando pequeñas tareas, dentro del alcance de la persona, para poder ver que sí se es útil y sí se pueden acometer tareas con éxito.
  • Ordenar la rutina. La rutina ayuda a disminuir la sensación de caos. Además, una buena rutina ayuda a conciliar el sueño.

Ninguna de estas cura la depresión, pero todas aportan su granito de arena para mejorar la calidad de vida de un paciente con depresión.

Algunos errores frecuentes en el tratamiento de la depresión

Ten en mente estos consejos si estás utilizando tratamientos para la depresión:

  • No descuides el tratamiento no farmacológico. Está visto en ensayos clínicos que acompañar los medicamentos con las medidas comentadas anteriormente ayudan mucho con el tratamiento de la depresión.
  • No abandones los antidepresivos en cuanto notes una cierta mejoría. Dejar la medicación es un proceso delicado que se debe hacer poco a poco, cuando valores con tu médico y psicólogo que es el momento adecuado.
  • No combines medicamentos de síntesis y plantas sin comentarlo con un profesional. Añadir plantas medicinales a la medicación habitual puede potenciar los efectos de ambos, causando somnolencia, aletargamiento y disminución de reflejos.

Aquí también, una vez más, puedes contar con el apoyo de tu farmacéutico de confianza para saber más sobre tus medicamentos y cómo tomarlos adecuadamente.

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