En el post “La menopausia y algunos consejos para reducir sus síntomas” vimos algunos truquillos para pasarlo mejor en esta etapa. En este post nos centraremos sobre todo en las plantas medicinales y cómo pueden éstas ayudarnos a aliviar estos síntomas.
Las semillas de soja (Glycine max) contienen unas moléculas llamadas isoflavonas, con muy buena evidencia científica a su favor que demuestra su utilidad para controlar los síntomas del climaterio femenino.
Las isoflavonas son un tipo de fitoestrógenos, es decir, una molécula vegetal que no es un estrógeno pero que puede actuar en nuestro cuerpo de forma análoga u opuesta a nuestros propios estrógenos: de esta capacidad se deriva su interés terapéutico. La toma de 40-80 mg al día de isoflavonas de soja en dos dosis (conteniendo al menos 15 mg de una isoflavona llamada genisteína) reduce la incidencia e intensidad de los sofocos. También hay evidencia de que las isoflavonas de soja son capaces de prevenir la osteoporosis, arteriosclerosis y otras enfermedades coronarias posmenopáusicas.
Es una de las primeras plantas medicinales en las que pensamos cuando hablamos de menopausia o climaterio, pero en tres casos no serían una buena opción:
El rizoma de cimicífuga (Actaea racemosa) se utiliza para controlar síntomas de la época de la menopausia. Se creía que contenía fitoestrógenos, pero estudios recientes indican que no actúa en receptores hormonales como la soja, sino que actúa sobre los neurotransmisores que terminan generando los síntomas del climaterio.
Se puede utilizar para controlar sofocos y sudoración, pero también sirve para los trastornos del sueño y la irritabilidad asociada al climaterio. La dosis recomendada está entre 40-140 mg de extracto alcohólico estandarizado (o equivalente) una o dos veces al día. Debido a sus potenciales efectos adversos, las mujeres con historial de cáncer dependiente de hormonas, hipertensas o con problemas hepáticos deben utilizar la cimicífuga bajo control profesional. Es una buena opción para mujeres que, por algún motivo, no utilizan isoflavonas de soja.
El extracto de hoja de salvia (Salvia officinalis) tiene estudios a su favor que indican su buen funcionamiento contra la mayoría de los síntomas de climaterio, pero su punto fuerte es el control de la sudoración excesiva.
Se comercializa sola o en combinación con otras plantas, como la soja o el lúpulo, para controlar de forma integral los síntomas del climaterio. No deben utilizarse los extractos o el aceite esencial puro sin consejo profesional, ya que a partir de ciertas dosis o en tratamientos prolongados puede haber efectos no deseados sobre el sistema nervioso central, como dificultad para conducir un vehículo, neurotoxicidad y convulsiones.
Las sumidades floridas del trébol rojo (Trifolium pratense) contienen isoflavonas similares a las de la soja. Estas isoflavonas son capaces de disminuir sofocos y sudoración. También tienen un efecto positivo sobre la incidencia de osteoporosis y tienen efecto hipolipemiante. Al igual que los preparados de soja el trébol rojo está contraindicado en mujeres con historial de enfermedades hormono-dependientes como algunos cánceres o hiperplasia endometrial. En caso de problemas de coagulación debe ser utilizado bajo estricto control médico, ya que el trébol contiene moléculas (cumarinas) con actividad anticoagulante.
El aceite de onagra es muy rico en ácidos grasos omega-6, sobre todo el ácido gamma-linolénico. En ensayos clínicos ha demostrado una ligera mejoría de los sofocos del climaterio, aunque la evidencia no es tan favorable como para otros productos naturales. Parece disminuir la intensidad de los sofocos, pero no su frecuencia.
Se suele utilizar en combinación con otras plantas, para lograr una mejoría más importante que con cada planta utilizada en monoterapia. Debe utilizarse con precaución en pacientes que tomen medicamentos anticoagulantes o antiagregantes, así como en pacientes epilépticos o que tomen ciertos medicamentos capaces de causar ataques de epilepsia, ya que la onagra tiene cierto efecto antiagregante y epileptogénico.
Estas tres plantas tienen menos ensayos clínicos que validen su uso en mujeres menopáusicas que las comentadas anteriormente, pero lo que se ha hecho hasta ahora respaldaría el uso de estas tres plantas para aliviar síntomas mentales y físicos propios de la menopausia. No sólo hubo mejoría de sofocos en las dosis adecuadas, sino que el lúpulo y la valeriana son capaces de mejorar la calidad del sueño y nerviosismo de las mujeres menopáusicas. El azafrán, además de mejorar sofocos, puede aliviar síntomas de la depresión propia del climaterio. Cada planta tiene su dosis y su forma de uso: al estar relacionadas con síntomas mentales (mal dormir, depresión) te recomendamos consultar a tu farmacéutico de confianza antes de comenzar a tomarlas por tu cuenta.
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