Respuestas de Salud

¿Qué son los medicamentos antipsicóticos?

Los antipsicóticos son medicamentos que tratan alteraciones mentales que, aunque pueden ser muy diferentes entre sí, tienen en común la pérdida de contacto con la realidad.  Esquizofrenia, delirios, demencia o agitación con agresividad son algunos de los problemas de salud mental que pueden ser tratados por los medicamentos antipsicóticos, aunque no son los únicos. Ahora bien ¿Qué tipos de antipsicóticos hay? ¿Cómo funcionan? ¿Qué efectos adversos pueden tener? Respondemos estas preguntas en este artículo.

¿Qué es exactamente una psicosis?

La psicosis existe cuando una persona pierde el contacto con la realidad, pérdida que se calcula que hasta un 1% de la población puede llegar a sufrir en algún momento. Una psicosis puede expresarse a través de muchas formas:

  • Delirios: la persona creer cosas que no son verdad o tener sospechas infundadas, por ejemplo, que otras personas quieren hacerles daño cuando no es así.
  • Alucinaciones visuales o auditivas.
  • Comportamientos inapropiados para la situación en la que se encuentran.
  • Hablar de forma incoherente.

La pérdida de contacto con la realidad puede ser tal que dificulte el funcionamiento en sociedad de la persona, o que la transforme en alguien incapaz de cuidarse a sí mismo, o incluso puede llegar al punto en que la persona se haga daño a sí misma o a los demás.

¿Por qué se produce una psicosis?

A día de hoy no se conoce exactamente por qué se produce una psicosis. La primera teoría que intentó explicar una psicosis postuló que las psicosis aparecen por una desregulación de la actividad del neurotransmisor dopamina en determinadas áreas del cerebro a través de diferentes mecanismos. Esta desregulación está causada en parte por una base genética, pero también en parte por factores ambientales que pueden influir incluso desde la gestación.

Pero esta teoría no explica todos los fenómenos que se ven en la psicosis. Otros factores influyendo pueden ser:

  • La hipertestimulación de neuronas que responden a la serotonina, otro neurotransmisor.
  • La disminución de la actividad de los receptores NMDA de otro neurotransmisor, el
  • La COMT, una enzima que se encarga de eliminar la dopamina, podría reducir su función en la psicosis, colaborando con el exceso de dopamina en el cerebro.

No hay realmente una explicación única para la psicosis, pero, a medida que la investigación científica avanza, se van revelando partes de su mecanismo que permiten el diseño de mejores medicamentos antipsicóticos.

¿Qué son exactamente los medicamentos antipsicóticos?

Los antiguos griegos sabían reconocer una psicosis y la trataban con una planta llamada Rauwolfia serpertina. Hoy sabemos que esta planta contiene una droga llamada reserpina, una sustancia antagonista de los receptores dopaminérgicos tipo 2 (D2).

La lógica detrás de este tratamiento es: si la psicosis aparece por una desregulación de la dopamina, bloquear sus receptores y evitar que la dopamina haga efecto debería ayudar a controlar esta enfermedad. De hecho, los antipsicóticos constituyen una gran familia de moléculas de diferentes estructuras, pero todas tienen en común que son antagonistas de los receptores dopaminérgicos, particularmente del receptor D2.

La reserpina purificada comenzó a utilizarse como antipsicótico en la década de 1940. Sus efectos son potentes y se mantienen incluso luego de retirar la medicación, cosa que hace difícil controlar su efecto, y se descartó su uso. Hasta 1950 no aparecieron antipsicóticos que realmente pudieran generar un cambio en la calidad de vida de los pacientes: entra la clorpromazina, el primer antipsicótico que llegó para quedarse. Hoy en día contamos con más de 20 antipsicóticos con perfiles de actividad diferentes, que pueden ayudar a pacientes con diferentes cuadros. Clasificamos los medicamentos antipsicóticos en dos grandes familias: los antipsicóticos típicos o neurolépticos y los antipsicóticos atípicos o de segunda generación.

¿Qué son los antipsicóticos típicos?

También llamados neurolépticos, los fármacos de este grupo son los primeros antipsicóticos que se desarrollaron y hoy en día siguen siendo utilizados para tratar psicosis resistentes a otros tratamientos. En este grupo encontramos a la clorpromazina, perfenazina, haloperidol, loxapina o levomepromazina.  Además de interactuar con los receptores D2 también interactúan con receptores de los neurotransmisores acetilcolina, adrenalina y noradrenalina. Esta falta de selectividad para los receptores D2 es la responsable de una larga lista de efectos adversos importantes, ya que terminarán interfiriendo en una gran cantidad de procesos corporales mediados por acetilcolina, adrenalina y noradrenalina. Entre los efectos secundarios que causan podemos encontrar:

  • Aumento de la prolactina, una hormona involucrada (entre otras cosas) en el crecimiento del tejido mamario y la secreción de leche a través de las mamas.
  • Sedación.
  • Trastornos psiquiátricos que van desde la agitación hasta la depresión.
  • Aumento de peso.
  • Problema de la conducción eléctrica cardíaca (“prolongación del intervalo QT”).
  • Síndromes extrapiramidales. Son un conjunto de síntomas que pueden condicionar el tratamiento con neurolépticos. Entre ellos encontramos:
    • Acatisia. La acatisia es una sensación de gran malestar físico que el paciente se ve en la necesidad de aliviar moviéndose constantemente. Puede llegar a confundirse con ansiedad.
    • Distonía. Son alteraciones del movimiento caracterizadas por espasmos o contracciones de los músculos de cuello, espalda o extremidades, sostenidas en el tiempo, que causan posturas incómodas para el paciente.
    • Discinesia. Aparecen movimientos incontrolables, repetitivos y muy rápidos de manos, lengua, ojos o pies, babeo, y otros más. Puede llegar a dificultar respirar, tragar o hablar.
    • Síndrome neuroléptico maligno. Es poco frecuente, pero puede ser fatal. Además de problemas musculares puede aparecer una subida de la temperatura corporal importante o alteración del estado mental.

Los efectos adversos extrapiramidales son más frecuentes entre los neurolépticos que en los antipsicóticos atípicos. Muchas veces estos síntomas pueden controlarse con otros medicamentos (propranolol para la acatisia, por ejemplo) pero otras veces será necesario ajustar el tratamiento. Para evitarlos, suele preferirse comenzar el tratamiento con algún antipsicótico atípico.

¿Qué son los antipsicóticos atípicos o de segunda generación?

Los antipsicóticos atípicos son una gran familia de moléculas diferentes entre sí, desarrollados más recientemente, cuyo factor común es funcionar sobre los receptores dopaminérgicos D2 de forma más selectiva que los neurolépticos. También pueden actuar sobre los receptores de la serotonina, ayudando a regular las vías neuronales de ambos neurotransmisores. Encontramos aquí a la quetiapina, risperidona, clozapina, olanzapina, aripiprazol, paliperidona o ziprasidona. Su gran variabilidad hace difícil predecir los efectos adversos que pueden causar, pero podemos afirmar dos cosas:

  • No causan los efectos adversos extrapiramidales con tanta frecuencia como los antipsicóticos típicos, de ahí que se los suela preferir como primer tratamiento.
  • Las moléculas comparten algunas generalidades, pero serán las diferencias las que condicionen la elección del tratamiento.

El médico recetará uno u otro en función de lo que cree que le irá mejor al paciente. ¿El paciente está muy nervioso o insomne? Quizás se beneficie utilizando la olanzapina, que suele causar sedación. ¿El paciente suele olvidarse de tomar comprimidos cada día? Podría beneficiarse al utilizar principios activos que se pueden formular como inyectables de larga duración, con las que solo hay que recordar una inyección mensual en el centro de salud como el aripiprazol o la paliperidona. ¿No hay respuesta a más de un antipsicótico? Quizás el paciente necesita utilizar la clozapina, un antipsicótico muy efectivo, pero que se utiliza solo cuando otros antipsicóticos no funcionan debido al riesgo de reacciones adversas muy graves. Cada caso debe ser cuidadosamente evaluado y acompañado por el médico tratante.

¿Cuándo puede utilizarse un antipsicótico?

Los medicamentos antipsicóticos pueden utilizarse frente a diagnósticos muy variados que tienen en común una pérdida de contacto con la realidad que impacta muy severamente en la calidad de vida. Algunas situaciones en las que se suelen recetar antipsicóticos son:

  • Esquizofrenia y desórdenes esquizoides.
  • Manía. Pueden utilizarse en combinación con medicamentos estabilizadores del humor como el litio.
  • Depresión mayor que curse con episodios de psicosis.
  • Trastorno delirante.
  • Agitación importante que cursa con irritabilidad, agresividad, hostilidad o hiperactividad.
  • Psicosis inducida por abuso de sustancias.
  • Enfermedad de Parkinson.

Debido a los efectos adversos que presentan, no siempre son la primera opción de tratamiento en estos casos. La elección de medicación debe hacerse con cuidado, cuando los beneficios superan claramente los efectos adversos. Por ejemplo:

  • La demencia prefiere tratarse con antidepresivos, medicamentos propios de la demencia y terapia conductual, reservándose los antipsicóticos para situaciones en las que realmente se justifican. Un ejemplo es la agresividad de un paciente con demencia hacia el personal que lo cuida cuando ha sido ingresado en el hospital y el retraso del tratamiento conlleva riesgo para su vida. En este caso podría justificarse el uso de un antipsicótico: el que mejor pueda servirle bajo las circunstancias, a la menor dosis posible y durante el tiempo justo y necesario para tratarlo adecuadamente.
  • La psicosis inducida por anfetaminas puede tratarse con antipsicóticos, pero solo cuando la situación lo justifica. No se utilizarán frente a un paciente con una reacción “normal” al uso de anfetaminas.

Cada caso debe discutirse entre el paciente, la familia y el personal sanitario, de forma de garantizar el bienestar de la persona que debe recibir el tratamiento.

Aún tengo dudas respecto a estos medicamentos….

Si a ti o a un ser querido le han recetado un antipsicótico y tienes dudas respecto a la medicación recetada, recuerda que puedes contar con tu farmacia de confianza. Como expertos del medicamento podemos ayudarte a resolver tus dudas y a optimizar tu tratamiento, y también podemos identificar situaciones en las que es importante volver a hablar con el médico.

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