La alimentación y el correcto desarrollo de los bebés de la familia es un tema que preocupa a mamis y papis. La lactancia materna a demanda es el consejo principal de pediatras y matronas pero ¿qué pasa cuando la lactancia materna no es posible, no es suficiente, o por cualquier motivo no es la mejor opción? Hace muchos años existía la figura del ama de leche o nodriza, una mujer que daba de mamar a un hijo que no era el suyo. Pero como esta opción no está disponible hoy en día, utilizamos fórmulas que contienen todos los nutrientes que el niño necesita para un correcto desarrollo. Existen fórmulas adecuadas para los niños sanos, y existen fórmulas para niños con problemas de salud, con composición muy específica. En este artículo hablaremos de las fórmulas para niños sanos, que son las que una familia puede escoger, ya que las fórmulas para niños con problemas serán recetadas por un pediatra.
Las fórmulas que se comercializan en el mercado español están obligadas a cumplir con el Real Decreto 868/2008, de 23 de mayo, que regula aspectos sanitarios y técnicos referidos a las leches de fórmula. Este real decreto establece las cantidades de nutrientes mínimos y máximos, las fuentes de alimento que se pueden utilizar para preparar las fórmulas, prohíbe el uso de ciertos plaguicidas en la comida utilizada para hacer fórmulas, y regula los etiquetados y la comercialización de las fórmulas. Por esto podemos afirmar que cualquiera de las fórmulas infantiles que hay en el mercado son adecuadas para nutrir a un niño sano: habrá ligeras variaciones, pero todas entran dentro de los requisitos de calidad exigidos por la normativa española.
Una vez dicho esto ¿qué podemos utilizar como criterio para escoger la fórmula? El primer criterio es la edad. El quiebre se realiza a partir de los seis meses, en los que se deja de utilizar leche de inicio para pasar a la de continuación. Y luego del año no es necesario utilizar leche de fórmula a menos que el pediatra lo indique, ya que al año el niño ya debería estar comiendo todo tipo de alimentos, pudiendo obtener todos sus nutrientes de una dieta balanceada.
De acuerdo a su composición puedes encontrar estos grandes grupos de leches infantiles para niños sanos:
Pues… depende. Un criterio posible es calidad/precio ¿por qué pagar más por pequeñas diferencias, si todas cumplen con lo que el bebé necesita? Otro criterio posible es la ecología, ¿por qué no cuidar al bebé y al planeta al mismo tiempo? Este criterio es el implicado en la transición a fórmulas sin aceite de palma, muy bueno nutricionalmente hablando, pero cultivado de manera agresiva para el planeta. Y también, muy importante a valorar ¿tiene mi bebé alguna necesidad en particular que tenga que cubrir? Si tu hijo no tiene cólicos ni ha nacido en una familia vegetariana la leche estándar será todo lo que necesita, no tienes por qué comprar una leche de soja, que será más cara e innecesaria para tu hijo.
Otras veces pasará que el bebé marcará la pauta: es posible que te enamores de una fórmula porque es orgánica y sin aceite de palma, pero el niño no la bebe de ninguna manera porque no le gusta, así que te tocará buscar algo que sí beba. También puede que alguna marca de leche lo estriña o lo “afloje” más que otra… la práctica te indicará qué es mejor para tu niño.
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