Las cremas solares para bebés son productos cosméticos pensados para proteger a nuestra piel de la acción nociva de los rayos solares. El exceso de radiación es un problema que se traduce como quemaduras en el corto plazo y como fotoenvejecimiento prematuro y cáncer de piel a largo plazo. Y los bebés son particularmente sensibles a estos problemas.
¿Qué componentes de la radiación nos pueden causar daño?
La radiación que está reconocida como dañina es la radiación ultravioleta, o radiación UV. Esta radiación se separa en tres tipos, de acuerdo a una propiedad llamada longitud de onda:
- Radiación UV-A: relacionada con el fotoenvejecimiento y con varios tipos de cáncer de piel, aunque menos que los rayos UV-B.
- Radiación UV-B: relacionada con las quemaduras solares y con varios tipos de cáncer de piel.
- Radiación UV-C: es la radiación más dañina pero es la que menos llega a nuestra piel, ya que su energía se disipa por acción de la atmósfera antes de llegar a nosotros.
La ley europea obliga a los fabricantes de protectores solares a centrarse en las radiaciones UVA y UVB porque son los que están bien caracterizados como problemáticos. Algunas marcas están decantándose también por poner filtros anti radiación infrarroja y visible. Ya que algún estudio parece indicar que los tres tipos de luz inciden en el fotoenvejecimiento, pero no se ha demostrado relación con quemaduras y cánceres como el en caso de la radiación UV.
¿Por qué hay que proteger especialmente a los bebés?
Las cremas solares para bebés son fundamentales para evitar quemaduras a corto plazo y para evitar consumir el capital solar a largo plazo.
Para el corto plazo diremos que la piel de los bebés es muy sensible a las quemaduras solares. Su piel inmadura que no está tan preparada para su función de defensa como la piel de los niños más grandes o la piel adulta. Unas horas de sol puede que no quemen al mayor de la familia, pero pueden lastimar mucho a la piel de un bebé; de ahí a que se planteen medidas diferentes para los bebés y los niños mayores.
¿Y a largo plazo? La piel humana es capaz de absorber y compensar una cierta cantidad de daño solar a lo largo de la vida, un concepto conocido como capital solar. Nuestro capital solar no es infinito. Cuanto más jóvenes empezamos a exponernos al sol, más pronto lo gastaremos, con lo que aumentamos el riesgo de lesiones y cáncer de piel. Es fundamental entonces proteger a un bebé del sol para evitar que gaste ese capital solar desde tan jovencito, así lo “estira” hasta bien entrada la adultez.
¿Cómo se protege a los bebés del sol?
Primera y principal medida: no exponiéndolos al sol. Las guías de cuidado dermatológico actuales recomiendan no exponer al sol a niños menores de seis meses, y reducir y controlar la exposición solar hasta los tres años.
- A los bebés menores de seis meses se los debe proteger a través de ropa, gorritos, muselinas que cubre el carrito, etc.
- A los bebés mayores se les puede aplicar cremas solares formuladas específicamente para ellos, pero están pensadas para bloquear el sol indirecto o “de rebote”. El sol de la calle al pasear utilizando una sombrilla o capota, el sol que llega al rostro aun usando el gorrito durante exposiciones cortas, etc. Los filtros y la crema que los contienen están diseñados para no sensibilizar la delicada piel del bebé. Las cremas para niños más mayores se utilizan a partir de los tres años.
¿Qué cremas solares para bebés existen?
En el mercado hay varias, entre ellas:
- La gama de Isdin Pediatrics como Isdin Pediatrics Fusion Fluid Mineral Baby. Fórmula fluida formulada exclusivamente con filtros minerales, apta para proteger al bebé a partir de 0 meses.
- La gama Heliocare como Heliocare 360º Pediatrics Mineral. Su fórmula contiene filtros minerales y activos capaces de reparar daño solar, puede usarse en niños mayores de tres meses de edad.
Todas ellas tienen un SPF 50+ para darle a tu bebé la máxima protección posible en una aplicación. Pero recuerda: aunque algunas de ellas puedan ser utilizadas en bebés menores de seis meses, y aunque las apliques siguiendo las instrucciones a la perfección, es importante combinarlas con medidas que eviten la exposición del niño al sol.
Lorena Crosa es licenciada en Química y Farmacia en la Universidad de la República (2000 – 2004). Se ha formado como profesora técnica de Química en el Instituto Normal de Educación Técnica (2004-2005). Cuenta con estudios de postgrado en Ciencias en la Universidad Camilo José Cela (2009) y posteriormente ha realizado un segundo grado de carrera de Farmacia en la Universidad de Barcelona (2010 – 2013).
Su experiencia laboral se ha centrado en el campo de la ciencia, dentro de hospitales como científica de laboratorios clínicos (2005 – 2007), así como docente de educación química en distintas universidades como el CEPRODIH y la Universidad de la República.
Tras licenciarse en su segunda carrera de Farmacia, centró su experiencia en las oficinas de farmacia, además de trabajar como consultora técnica en empresas de la industria farmacéutica.
En Farmacias Ecoceutics, Lorena Crosa ha sido un miembro activo y de gran valor desde 2018 hasta la actualidad, siendo la responsable de contenidos de la empresa haciendo uso de su expertise.