Una cicatriz es el nombre que recibe la marca que queda donde la piel sufrió una lesión. Al principio son muy notorias pero el tiempo hace que se disimulen un poco, y si añadimos el tratamiento adecuado pueden ser casi invisibles. Pero cuidado: las condiciones del verano pueden hacer que las cicatrices sean más visibles. ¿Cómo podemos cuidar una lesión durante la época de sol y baños para que no deje una cicatriz notoria? Te lo contamos en este artículo.
Porque el tejido nuevo que se está formando para cerrar la herida es mucho más sensible a la agresión del sol, del agua y de la arena que el resto de la piel. La piel nueva no tiene tantas células de defensa como la piel vieja, ni está tan bien protegida por una capa córnea, por lo que las agresiones la afectan más.
El sol afecta a una cicatriz de varias maneras:
Si una cicatriz nueva se expone al sol podemos encontrarnos con:
Estos cambios pasan en cicatrices que consideraríamos nuevas (las que aún no han cerrado del todo) y en las que ya consideraríamos antiguas. De hecho, algunos dermatólogos recomiendan proteger las cicatrices del sol durante un año y medio, ya que la piel demora ese tiempo en tener la misma estructura que antes. Eso sí, el cuidado no es el mismo si el verano llega durante el primer mes de cicatrización o durante el último: al principio la cicatriz tiene una piel más sensible que tolera mucho menos cosas y se infecta con más facilidad, con lo que el cuidado debe ser más estricto durante este período.
El agua también es complicada para las cicatrices, sobre todo para las que aún no han cerrado bien.
Estos puntos son fundamentales para cicatrices nuevas, de esas que aún están rojas o se nota claramente que la piel no está recuperada del todo. Una vez que se recupera la barrera cutánea el riesgo de infección baja, pero los cambios en el proceso de cicatrización siguen existiendo. Cuanto menos quieras que se note una cicatriz, menos conviene exponerla a agresiones como la sal concentrada, la arena o el cloro.
Básicamente, bloqueando los rayos solares de alguna de estas maneras:
Según el tipo y lugar de la herida puede convenir utilizar uno u otro. En tu farmacia de confianza pueden asesorarte para lograr que tus heridas, cortes o pequeños accidentes no dejen una marca permanente en tu piel por culpa del sol.
En este caso no hablamos de protectores solares a prueba de agua, sino de una protección mucho más completa. La barrera tiene que ser total, evitando que la herida se humedezca o tome contacto con bacterias y suciedad. Para ello recomendamos apósitos impermeables al agua y a las bacterias, pero que permiten que la piel transpire. Vienen en diferentes tamaños, desde 5cmx7cm hasta 9cmx25cm, y están adaptados para muchos tamaños de heridas nuevas. También se pueden utilizar films de poliuretano que se adhieren a la piel y protegen una cicatriz del agua y de las bacterias, como el Fixomull® o el Hydrafilm®.
Todos los productos mencionados deben aplicarse sobre la piel limpia, sin crema hidratante, aceites ni protectores solares. La buena adherencia es fundamental para una buena protección. Dependiendo el estado de tu cicatriz y el tipo de agua en el que te metas (piscina cubierta, playa) puede ser mejor utilizar uno u otro: sabiendo que hay opciones para cuidar tu cicatriz y disfrutar del agua pide consejo en tu farmacia de confianza, para que te ayuden a encontrar la mejor solución para tu caso.
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