El retinol es una forma de vitamina A. La estructura química de este producto natural fue descubierta en el año 1931, y no fue hasta el 1947 que pudo sintetizarse en el laboratorio. Al ser vitamina A tiene varias funciones en el interior de nuestro organismo y, además, es una de las moléculas antiedad más potentes que conocemos junto con otros retinoides como el retinol y el ácido retinoico. Te contamos en este artículo cómo funciona el retinol y por qué ha cogido tanta fuerza como activo cosmético.
El retinol penetra la primera capa de piel y llega hasta la dermis, el sitio donde se sintetiza piel nueva. El retinol es capaz de ingresar a la célula y, una vez allí, se transforma en ácido trans-retinoico y se une a sus receptores para estimular la transcripción de genes relacionados con la generación de piel nueva. Estudios en piel humana, tanto in vivo como in vitro, han demostrado que el retinol es capaz de:
Esto se traduce en una piel renovada, con redes de sostén más fuerte, capaz de retener más agua y con células mejor organizadas. De ahí que el retinol sea un excelente antiedad: las arrugas se difuminan, la firmeza y elasticidad de la piel se recuperan y las manchas se atenúan. Los efectos pueden durar en aparecer unas semanas o incluso algunos meses, pero son notorios.
El retinol tiene un potencial irritante nada despreciable, por lo que hay que tomar una serie de precauciones cuando se utilizan cosméticos con retinol:
Aunque podríamos pensar que utilizar dosis bajas de retinol es “perder el tiempo”, en realidad no es así. Muchas veces concentraciones bajas son más que suficientes para lograr el efecto antiedad deseado y, cuanto más baja sea la concentración de retinol, menos posibilidades de irritación hay. Una concentración de 0.1% suele funcionar bien y dar poca irritación, pero habla con tu farmacéutico para que te aconseje cómo empezar una rutina de belleza con retinol.
Para empezar, suspende su uso y continúa con hidratación y protección solar. Después de que la piel mejore, si aún deseas utilizarlo, habla con tu farmacéutico y pídele consejo. Quizás haga falta usar una concentración menor de retinol, o mejor protección solar durante el día, o eliminar algún otro producto irritante de tu rutina de belleza. Además, hay muchos cosméticos que formulan en retinol de formas especiales (microesferas, liberación prolongada, etc) para liberar el retinol de forma más controlada, bajando la irritación.
Se recomienda a las mujeres embarazadas y lactantes que se abstengan de emplear cosméticos con retinol sin consejo profesional. Los retinoides (familia a la que pertenece el retinol) son teratógenos por vía oral, por lo que la toma de retinoides está absolutamente contraindicado en el embarazo. Durante la lactancia tampoco se recomiendan porque son fármacos liposolubles que pueden pasar a la leche.
Por vía tópica no hay evidencia aún de que pueda haber problemas, pero como los cosméticos no resuelven ninguna enfermedad, se recomienda esperar a que haya terminado la lactancia para usar retinol tópico. Si tienes alguna condición de piel que creas que se beneficiará con el retinol y estás embarazada o dando el pecho, consulta con tu médico para que valide su uso.
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