El ibuprofeno es uno de los analgésicos más consumidos en España… por los humanos. ¿Qué pasa cuando nuestro perro tiene dolor? Lo vemos cojear, o no puede correr, tiene mala cara… ¿podemos darle un poco de ibuprofeno, al menos hasta que vea al veterinario? ¿es conveniente el ibuprofeno en perros?
La respuesta es: NO. El ibuprofeno no es adecuado para el dolor en los perros, por razones que te explicamos en este artículo.
¿Cómo funciona el ibuprofeno en general?
El ibuprofeno es una molécula que inhibe el funcionamiento de una enzima llamada ciclooxigenasa o COX, presente tanto en perros como en humanos. Hablamos más en detalle del funcionamiento del ibuprofeno y sus diferencias con el paracetamol en otros artículos de blog. Básicamente y sin entrar en detalles, la COX es una enzima que está involucrada en las vías de la generación del dolor pero también es necesaria para la salud estomacal, la salud renal y la coagulación sanguínea. Los perros también tienen enzimas COX y sirven para más o menos lo mismo. El problema no es que el ibuprofeno no le quite el dolor, el problema es la toxicidad.
¿Por qué es tóxico el ibuprofeno en perros?
No es que el ibuprofeno sea tóxico para los perros y para nosotros no lo sea, la diferencia está en el margen de seguridad. Tanto en adulto como en perros, si tomamos demasiado ibuprofeno, pueden aparecer problemas digestivos y renales. Pero la dosis cambia en las dos especies:
- Los humanos adultos podemos tomar, según peso e intensidad del dolor, 200-400 mg de ibuprofeno cada ocho horas, durante tiempos cortos, sin sufrir grandes problemas. Más allá de 600 mg/6 horas los médicos no suelen recetar, porque el dolor no se va pero hay más riesgo de presentar efectos adversos. Como ves, es un margen bastante amplio, ya que entre 200 y 600 mg hay mucha diferencia y es fácil controlar la cantidad ingerida. En el mercado encontramos comprimidos de 200, 400 y 600 mg de ibuprofeno para suplir las diferentes necesidades.
- Los perros tienen un margen de seguridad mucho más estrecho, pues son una especie sensible al ibuprofeno. Además, la respuesta individual de cada perro puede variar mucho según su edad, si está o no deshidratado, su estado de salud intestinal, su salud renal, etc. En el pasado se recomendaron dosis de ibuprofeno de 5mg/kg por día para perros, pero según el perro se vieron efectos adversos como vómitos y diarrea. Con 8mg/kg ya se podían ver úlceras gástricas o inflamación intestinal. Subir la dosis a 16mg/kg causaba sangrado intestinal, vómitos, diarrea y pérdida de peso en tiempos tan cortos como mes y medio de tratamiento. Pero incluso se llegaron a reportar daños a dosis menores a las recomendadas, 3 mg/kg.
Es verdad que el daño también depende del tiempo de tratamiento pero, con estas variaciones, no es fácil predecir si el ibuprofeno quitará el dolor sin causar daños. Con esta variabilidad, el ibuprofeno no se considera seguro para los perros y hoy en día no se considera adecuado para tratar el dolor canino. Existen antiinflamatorios como el carprofeno o el meloxicam que les quitan el dolor con mucho menos riesgos para su salud, y son los que suele recetar el veterinario cuando lo considera necesario.
¿Qué pasa si mi perro toma ibuprofeno?
Hay dos formas en las que un perro puede acceder al ibuprofeno:
- Por error, ingiriendo comprimidos que por algún motivo quedaron a su alcance (“dejé el ibuprofeno en la mesita de noche y se lo comió”).
- Porque su cuidador le da ibuprofeno “hasta ver al veterinario”.
Las consecuencias dependen mucho del peso del perro. Por ejemplo, no es lo mismo si le damos un único comprimido de 600 mg de ibuprofeno a un perro de 60 kg que a un perro de 3 kg: el perro grande puede que note problemas “menores” (náuseas, molestias digestivas, etc) pero el perro pequeño está rozando una cantidad que, aunque sea una única toma, puede inducir un fallo renal.
Por lo tanto, si tienes perro es importante que mantengas lejos de su alcance la medicación de los humanos y no lo mediques sin consultar previamente al veterinario. El ibuprofeno es sólo un ejemplo de medicación humana que le sienta mal a un perro; tampoco se le puede dar otros AINEs, ni paracetamol, ni ciertos ansiolíticos. Si tienes alguna duda sobre la medicación de tu mascota puedes consultar a tu farmacéutico de confianza, ya que los farmacéuticos también conocemos los medicamentos animales.
Lorena Crosa es licenciada en Química y Farmacia en la Universidad de la República (2000 – 2004). Se ha formado como profesora técnica de Química en el Instituto Normal de Educación Técnica (2004-2005). Cuenta con estudios de postgrado en Ciencias en la Universidad Camilo José Cela (2009) y posteriormente ha realizado un segundo grado de carrera de Farmacia en la Universidad de Barcelona (2010 – 2013).
Su experiencia laboral se ha centrado en el campo de la ciencia, dentro de hospitales como científica de laboratorios clínicos (2005 – 2007), así como docente de educación química en distintas universidades como el CEPRODIH y la Universidad de la República.
Tras licenciarse en su segunda carrera de Farmacia, centró su experiencia en las oficinas de farmacia, además de trabajar como consultora técnica en empresas de la industria farmacéutica.
En Farmacias Ecoceutics, Lorena Crosa ha sido un miembro activo y de gran valor desde 2018 hasta la actualidad, siendo la responsable de contenidos de la empresa haciendo uso de su expertise.